martes, 2 de agosto de 2011

El tabaquismo. Su origen y sus Efectos.

Exclusivamente, este trabajo aborda uno de los fenómenos que mayor incidencia tiene en las sociedades actuales, desde el punto de vista social y sanitario, como es el TABACO.

No se trata de una elección casual. El uso y abuso que del tabaco hacen hombres y mujeres, y muy especialmente los más jóvenes y adolescentes, así como la política de lucro que sigue la industria tabaquera por encima de cualquier consideración hacia la salud, y los efectos que a medio y largo plazo provoca el tabaco en los fumadores así como en el resto de la sociedad, justifican sobradamente su presencia aquí.

DESARROLLO 

La evidencia médica sobre los riesgos asociados al consumo de cigarrillo crece cada día; el daño del humo y la nicotina (además de otros compuestos del cigarrillo) sobre los pulmones y el corazón, es algo reconocido por la mayoría de las personas, pero pocos tienen conocimiento del perjuicio de fumar sobre otros órganos, como nariz, senos paranasales y laringe. Según afirman especialistas, el humo del cigarrillo es una de las principales causas de enfermedad a nivel de los senos paranasales, ya que provoca inflamación constante en los tejidos al interior de la nariz.

Cuando esto ocurre, hay serias alteraciones con la respiración; en forma adicional, la nicotina es nociva para la membrana que recubre el interior nasal. El humo no afecta tan sólo a la persona fumadora, sino a niños y adultos alrededor ("fumadores pasivos").

Diferentes estudios han comprobado ya la relación existente entre madres fumadoras y posterior desarrollo de asma en sus hijos; en este sentido, es alentador el informe presentado ante la Conferencia Internacional sobre el Tabaco y la Salud, realizada en fecha reciente, donde se afirma que las mujeres embarazadas son más receptivas a mensajes educativos para dejar de fumar.

Debido a que el embarazo es un acontecimiento muy significativo para la mujer, 4 de cada 10 embarazadas fumadoras, decide dejar el cigarrillo durante este período; lo anterior se aplica principalmente a mujeres con alto nivel educativo.

Sin embargo, otros datos no son tan alentadores; el consumo de cigarrillo ha aumentado en importante porcentaje en las mujeres en general, haciendo que el cáncer de seno haya sido desplazado por el de pulmón como primera causa de muerte por cáncer en mujeres (SaludHoy noticias, noviembre 5 de 1999).

Pese a inversiones millonarias en campañas educativas, el número de fumadores continúa en aumento, pasando de 25 por cada 100 adultos entre los 18 y 24 años en 1990, a 29 por cada 100 en 1997.
Información anterior había demostrado el lazo existente entre cigarrillo y enfermedad del corazón, sin embargo, según afirman los autores del reciente estudio, el cigarro es igualmente nocivo, y personas que lo consumen en forma usual, tienen un riesgo incrementado de morir por problemas cardiovasculares.

Se cree que los elementos tóxicos presentes en el tabaco aumentan la unión entre células encargadas de la coagulación en la sangre (plaquetas) y contribuyen a la formación de placas de ateroesclerosis (placas de lípidos o grasa en el interior de las arterias).

Referentes Teóricos

La planta del tabaco pertenece al género nicotiana, familia botánica de las solanáceas; es la única en la naturaleza capaz de sintetizar el potente alcaloide nicotina, que conserva aún en sus hojas secas. Es originaria de América y conocida en Europa después del descubrimiento en 1492. Fueron Rodrigo de Jeréz y Luis de Torres los primeros en contar como los nativos de Cuba lo consumian, enrollando las hojas en forma de mosquete e inhalaban su humo.
Puede ser consumido de diferentes formas: en polvo, en cigarro puro, en pipa y para mascar.

Inicialmente era usado con fines medicinales y fue introducido en Europa en 1570 por Jean Nicot (a quien debe su nombre la nicotina), que era embajador francés en Portugal.

La nicotina fue aislada por primera vez por Poseel y Reiman en el año 1828 y fue Orfila quien inició en 1843 las primeras experiencias farmacológicas con ella.

El uso del tabaco como placer comienza en Europa sólo a principio del siglo XVIII, e incialmente se consumía en pipas y en forma de rapé.

La producción industrial del cigarro se inició a mediados del siglo XIX y la primera fábrica estuvo en Sevilla, España.

Actualmente la producción industrial se hace cada vez más sofisticada, tratando de bajar los niveles de alquitrán y reducir el porciento de nicotina, sustituyendo su acción sobre el paladar con múltiples sustancias químicas (alrededor de 500) para conciliar las demandas de las productoras, la publicidad y los organismos internacionales de salud sobre la mención de advertencia de daño a la salud que deben llevar las cajetillas.

Hoy, es este un tema agudo y polémico, que llega hasta anunciar los llamados "cigarros sin humo" (smokeless), ya que como es conocido, es en el proceso combustivo que se produce la mayor cantidad de tóxicos al organismo. También son llamados "cigarrillos ecológicos" o "cigarrillos limpios" (incluye el tabaco mascado y el que se esnifa) y su consumo es cada vez mayor entre adolescentes en occidente, aunque dañan menos el ambiente, no dejan de ser igualmente dañinos a la salud; especialmente a la orofaringe.

Nos sentimos obligados a ser promotores activos en la lucha contra el tabaquismo mundialmente, ya que en gran medida somos responsables del origen de este dañino hábito y su difusión en el mundo.

Componentes del cigarrilloComponentes del cigarrillo

Hoy día el cigarrillo es el factor de riesgo a la salud más generalizado y con mayor suma de componentes irritantes tóxico y cancerígeno.
Los fumadores deben conocer que la temperatura del tabaco incandescente (quemándose) es de 300 grados centígrados y cuando se fuma alcanza de 900 a 1100 grados centígrados, mientras que la temperatura del humo que se respira es de 55 a 60 grados centígrados.

Las diferencias de la temperatura del humo respirado y del aire atmosférico actúan de modo destructivo sobre el organismo y ante todo, sobre el estado del esmalte dental, la mucosa, la cavidad bucal y nasofaringe, por lo que se crean así las llamadas "puertas de entrada" para innumerables microorganismos. Un cigarro encendido es una fábrica química única, que produce más de 4 mil compuestos diferentes, incluidas más de 40 sustancias generadoras directas de cáncer, y en menor grado, 12 sustancias que posibilitan el surgimiento del cáncer en determinadas condiciones. Los más importantes son la nicotina, el alquitrán y el monóxido de carbono y en general las sustancias irritantes.

La nicotina es una sustancia química alcaloide, que al actuar sobre receptores específicos provoca a nivel de la médula suprarrenal secreción de catecolaminas con los consiguientes efectos deletéreos sobre el aparato cardiovascular como son: elevación transitoria de la presión arterial, vasoconstricción periférica, aumento del automatismo de la célula cardiaca, depresión de la conducción y disminución del umbral de febrilación ventricular e incremento de la agregación plaquetaria.

Las acciones sobre el sistema parasimpático, fundamentalmente, determinan aumento de la secreción del ácido clorhídrico gástrico y disminución de la secreción pancreática de bicarbonato. Esta estimulación aumenta también la velocidad del tránsito intestinal, por lo que los alimentos están menos tiempo en el estómago y duodeno, provocando episodios diarreicos e incluso vómitos.

Asimismo, la nicotina actúa sobre el Sistema Nervioso Central como estimulante transitorio, lo que algunos perciben como mayor capacidad de concentración, seguido de depresión del mismo.

La nicotina tiene efecto local irritante sobre las papilas gustativas y la mucosa bucal, con aumentos transitorios de la secreción salival seguido de inhibición, produce a la vez aumento temporal de la glucemia, inhibición de los centros del hambre y sed en el hipotálamo.

Estas acciones farmacológicas de la nicotina la hacen responsable de los síntomas desagradables de abstinencia observadas, lo que la convierte en la sustancia crítica en la dependencia de esta droga socialmente aceptada: el cigarrillo.

El alquitrán es una sustancia untuosa, de color oscuro, olor fuerte y sabor amargo, componente del cigarrillo, que se desprende fundamentalmente de la combustión del papel del cigarrillo y en menor medida, del tabaco. En la composición del alquitrán del humo del tabaco intervienen 38 hidrocarburos aromáticos cíclicos que provocan cáncer, incluidas las nitrosaminas, alienos asomáticos, isoprenales, pisenos, benzopirenos, crisenos, antrasenos y otros. Además, contiene ácidos débiles, que actúan como cancerígenos, estimulando el crecimiento de los tumores a disímiles niveles.

Existen testimonios en cuanto a que en las condiciones de clima tórrido el fumador consume más alquitrán del tabaco, es decir, por regla general, fumar cigarrillos más fuertes, con frecuencia sin filtros, y en grandes cantidades. Por ejemplo, Cuba ocupa el tercer lugar en el mundo en cuanto a consumo de cigarros percápita, además, de que los cigarrillos de mayor consumo son los de tabaco negro, precisamente los de más contenido de alquitrán, aumentando la potencialidad de riesgo para la salud del tabaquismo.

El monóxido de carbono es un gas incoloro, muy tóxico (es el que se expele por los escapes de un auto), que se produce en la combustión del tabaco y el papel del cigarrillo. El monóxido de carbono desplaza al oxígeno de la hemoglobina, formando un componente nocivo: la carboxi-hemoglobina. Como resultado de esto se impide un adecuado abastecimiento de oxígeno a células, tejidos y órganos. El monóxido de carbono aumenta el contenido total de colesterol así como su captación por el endotelio vascular a la vez que disminuye la concentración de lipoproteínas de alta densidad (LDH-C) de conocida acción cardioprotectora. La exposición al monóxido de carbono, la duración de la misma y los niveles de colesterol son factores interdependientes en el desarrollo de aterogénesis. Este gas incide de forma más ocusada en el feto, responsable de su bajo peso al nacer y de diversas lesiones en hijos de madres fumadoras. Igualmente, es el factor de mayor responsabilidad en producir enfermedades respiratorias crónicas.

Las sustancias irritantes son aquellas que directamente dañan las vías respiratorias (tráquea, bronquios, pulmones), provocando hiperplasia e hipertrofia de las glándulas mucosas (lo que explica la tos y esputos abundantes en los fumadores); la inflamación y colapso de las vías aéreas, menores de 2 mm, y la destrucción de las paredes alveolares de la parte central del lóbulo pulmonar (enfisema centrolobulillar).

Las sustancias irritantes alteran los procesos de purificación pulmonar, transforma el epitelio cilindrocelular de los bronquios en planocelular, contribuye a la aparición de células bronquiales atípicas, elevada secreción de flema, inflamación, hipertrofia de la musculatura lisa y alteraciones inmunológicas que reducen las funciones defensivas del organismo.

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